
Originalmente fueron consideradas ninfas inspiradoras de las fuentes, cerca de las cuales eran adoradas. Las tres más conocidas son Meletea (‘meditación’), Mnemea (‘memoria’) y Aedea o Aoide (‘canto’, ‘voz’).
Aunque tienen muchos poderes (como por ejemplo el don de la profecía), el que se les atribuye con más frecuencia es el de traer a la mente del poeta mortal los sucesos que ha de relatar, así como otorgarle el don del canto y darle elegancia a lo que recita.
Cuéntame, Musa, la historia del hombre de muchos senderos,
ResponderEliminarque, después de destruir la sacra ciudad de Troya,
anduvo peregrinando larguísimo tiempo...
La fantasía empezó por con la Odisea, y cuántas cosas todavía hoy son sus herederas. Birllantes figuras son las musas cuando nos iluminan